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miércoles, 12 de febrero de 2014

Plato macrobiotico

El plato estándar en la cocina Macrobiotica debe contener aquellos alimentos de temporada y ecológicos que nos aporten la suficiente energía y un adecuado equilibrio para poder sentirnos plenos y activos.
 
Dependiendo de la estación del año, del clima, o de la zona donde vivamos, elegiremos un tipo de alimento u otro (por ejemplo, ensalada en verano y estofado largo de verdura de raíz en invierno). También, se debe tener en consideración el estado de salud de la persona, ayudando a nuestro cuerpo con alimentos que cubran nuestras necesidades de ese momento (el mijo para estudiantes, el arroz para problemas gástricos, las azukis para fortalecer el riñón...).
 
Las proporciones de un plato estándar podrían ser:
40 % de cereales
20 % de proteína de calidad: legumbres, como garbanzos, lentejas, alubias, soja negra, azukis... Y también seitan, tempeh o tofu ahumado. Alguna vez algo de pescado fresco.
20 - 30 % de vegetales
10 % de sopa con Miso
5 % de semillas y frutos secos o grasa saludable (aceite de oliva, sésamo...)
5 % de algas marinas

Como hemos dicho, estas proporciones son aproximadas y variarán en función de la condición de la persona, su estado de salud, las condiciones climáticas, ambientales y territoriales, entre otras.
Esto es un resumen inicial para poder haceros con unas premisas básicas. En otros posts iremos profundizando más en el tema, haciendo especial hincapié en éstos y otros aspectos también importantes.
Cous-cous de calabacín, salchichas caseras de seitán, brócoli escaldado con salsa tahini y zanahoria estofada. De primero, por supuesto, sopa de miso con alga wakame

miércoles, 5 de febrero de 2014

Dos maneras de comer quinoa en una misma receta

Hola cocinitas!

Esta semana quiero hablaros de la quinoa, un súper cereal que tiene una gran cantidad de propiedades y que se cultiva desde hace más de 7.000 años, siendo el principal productor Bolivia. Contiene un alto contenido de vitaminas B y E, isoflavonas (ideales para la mujer) y un índice glicémico bajo, lo que beneficia a personas con diabetes. Además, minerales como el hierro, fósforo, potasio, calcio, magnesio y zinc, y también, al no contener gluten, es totalmente aceptada para los celíacos. Y para concluir, podríamos valorar su alto porcentaje en fibra, que ayuda a la eliminación de resiudos y toxinas del organismo.
 
Debido a su alto alto valor nutritivo y las proteínas de alta calidad, sumado a su agradable sabor, la quinoa se ha convertido en un cereal bastante de moda últimamente. Por esto, si que me gustaría pediros que hicierais un uso responsable de ella, ya que al aumentar su exportación y consumo, los ciudadanos más desfavorecidos que siempre se han alimentado de ella en Bolivia o en otros países de suramérica, ahora no pueden consumirla debido a la gran demanda existente y el consiguiente aumento de los precios. Por eso, comprarla siempre biológica y, a poder ser, de comercio justo, que apoyen a los agricultores autóctonos y no acabemos convirtiéndola en algo tan explotado y modificado como el trigo o el maíz (con los intereses que todos sabemos que mueven...). Yo además, soy de las que opino que en occidente ya tenemos muchos cereales que hemos consumido siempre, como la espelta, el mijo, el arroz, la cebada... y por ello, la quinoa suelo utilizarla menos a menudo que éstos, como si fuera un capricho que me doy de vez en cuando, vamos!


Bueno, os dejo una nueva receta para que pongáis en práctica el gusto por comer algo rico, saludable y que además, os puede salvar un par de comidas!

Ingredientes para la receta base:
  • Una medida de quinoa, puede ser un vaso pequeño, grande, depende de la cantidad que queráis que os quede.
  • Zanahoria cortada a cuadraditos.
  • Cebolla picada.
  • Seta shitake picada (opcional).
  • Sal marina.
  • El doble de medida de agua mineral o caldo de verdura, que el utilizado de quinoa (es decir, un vaso de quinoa por dos de agua).
  • También podéis incluir o variar las verduras que pongáis: poner calabacín, calabaza...
 
Preparación:
 
1. Ponemos el agua o caldo en la olla a calentar. Cuando rompa a hervir, añadir las verduras picadas y la quinoa. Remover un poquito para mezclarlo todo bien, bajar el fuego y cocer suavemente durante aproximadamente 15 minutos o hasta que se haya absorbido el agua.
 
Y ya está!! No hay paso dos!!
 
Ahora os explico como hacer dos sencillas recetas con esta base de quinoa, que por supuesto, podéis comerla sola si queréis también y así ya tenéis cereal para tres comidas!

Hamburguesa de quinoa

Para esto, simplemente añadimos un poco de pan rallado si queremos que quede más compacta, pero si no lo coméis podéis hacerlo sin pan. Chafamos bien la mezcla, y la vamos apretando con las manos dándole forma redonda. Que os queden bien prietas para que no se rompan! Luego simplemente pasáis por la sartén con un poco de aceite para que no se peguen y ya están listas.
 
 
Otra opción es darles forma de croquetas y freírlas en aceite de calidad.


Rollitos de col rellenos de quinoa
 
 
Cogemos tantas hojas de col como rollitos queramos hacer, y las escaldamos en agua hirviendo con una pizca de sal marina durante aproximadamente unos 4 o 5 minutos. Las sacamos, dejamos enfriar un poco para no quemarnos los dedos. Una por una, vamos rellenándolas con la mezcla base que hemos hecho, y a la que a mi me gusta añadir unas pasas, jejeje. Y ya tan sencillo como cerrar empezando por un lado, apretando un poquito para que quede compacto, y terminar de cerrar con el otro lado de la hoja de col.
 
Sencillo pero delicioso!
 

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